Apostles 2011 I

Número 7

SÉPTIMO PRÓLOGO EN DISENSO

El ejercicio de la literatura, cuando trata de ser orgánica, es tan noble como la carpintería. En estos días post-navideños vale considerar que quizá otra habría sido la narrativa judeocristiana si Jesús hubiera resultado ser el hijastro de un centurión romano y no del carpintero José. Si el carpintero es capaz de hacer con sus callosas manos una silla y una mesa donde el escriba puede entregarse a la faena de escribir, éste a su vez tiene en sus manos la posibilidad, mediante el uso de la palabra, de construir espacios de encuentro, hilos conectores que comunican entre sí los distintos discursos y actores sociales, para que quienes aún no se conocen puedan compartir imaginarios. No es necesario estar de acuerdo, pero ayuda mucho el escuchar. Esto es lo que ofrecemos al oído atento de nuestros conciudadanos que no conocen la literatura latino- canadiense: los signos vitales de otra literatura canadiense escrita en las tres lenguas, pero sobre todo en español, es decir, en nuestro constante castellano.

En este número recibimos la poesía de la montrealense Flavia García. Del mundo anglófono también les presentamos algunos textos de Ilona Martonfi, quien organiza infatigablemente lecturas de poesía en Montreal en las que se dan cita todas las diásporas que llegaron a Canadá desde los días de Samuel de Champlain. También fuimos a Ottawa a pedirle a Jorge Etcheverry que nos envíe algunos textos. Otro escritor presente en este número es Pablo Urbanyi, autor que debe ser dosificado, ya que su carga de humor ácido y su ironía pueden perforar la retina o el hígado del lector inocente. Otro tipo de crónica nos ofrece Ramón Sepúlveda desde la capital de un país que por momentos parece ser gobernado por Darth Vader. En poesía presentamos a Luis Alberto López, cuyos textos representan un viaje interior hacia el origen de la historia de un yo andino. Especial atención exige el texto de Ramón de Elía, que ofrece otra perspectiva, muy aguda y fina, de la relación entre inmigración y literatura.

En 2010 muchos países latinoamericanos celebraron el bicentenario de la independencia, lo cual abre las puertas para examinar los usos de las historias oficiales. El 2010 también fue un año de buena cosecha para algunos autores que participan en esta publicación: Jorge Carrigan, ahora establecido en Ottawa, presentó su novela Bailar con la más fea, obra a la cual dedica su atención el ojo crítico de Diego Creimer. Gracias al apoyo de la Librería Las Américas, Jorge Carrigan pudo presentar su novela en Montreal. También en esta librería, Ángel Mota Berriozábal presentó su colección de cuentos La casa de Nadie.

Evidentemente, en un prólogo no podemos dar cuenta de todos los autores presentes, pero sepa usted que ellos están páginas adelante, esperando su visita. El tiempo que el lector dedique a estos textos será la medida del valor literario de los mismos. Una lectura interesada, atenta, crítica, es el mejor premio que puede recibir un autor que trabaja solo y en silencio en alguna mesa en alguna ciudad de Canadá.

Alejandro Saravia Brossard,
enero de 2011.

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